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Catálogo Bibliográfico
Red de Bibliotecas UNNE

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Parera, Aníbal F.
  La alfombra mágica Iberá / Aníbal Parera
  En: Vida Silvestre / Fundación Vida Silvestre Argentina. -- no. 35 (1993). -- Buenos Aires : Fundación Vida Silvestre Argentina, 1993

  Una gran diversidad: frecuentemente se habla de Iberá como un inmenso mar de hierbas. Pero la definición encierra una injusticia: la idea implícita de homogeneidad. En realidad, la complejidad biológica de esta tiene su primera expresión en la heterogeneidad de ambientes y microambientes ya que el 20% del sistema son lagunas de superficies limpias, el 90% están constituidas por embalsados. Estos últimos son suelos, producto de la acumulación de materia orgánica debido a permanente saturación.
La laguna Iberá, al sudoeste presente los embalsados más firmes, allí se restringe el centenar de ciervos de los pantanos. El lado este, es zona de frecuentes desprendimientos; allí se encuentran yacarés. En el único bosque de embalsado de la laguna, que vive una población de zorro de monte, relación con una colonia de nidificación de aves acuáticas.
En los manchones puros de pehuajó existe una acusada abundancia de federales. Heterogeneidades sutiles como ésta, contrastan con otras más dramáticas: en el norte de la laguna extensas y frondosas praderas subacuáticas. Muchos peces encuentran allí su paraíso. Cada tipo de pradera tiene una fauna particular de artrópodos asociada. En este microambiente las condiciones químicas del agua cambian notablemente a lo largo del día, debido a las actividades metabólicas de las plantas.
Esteros y lomadas: la laguna Iberá presenta regularidad y correspondencia en lagunas de la banda oriental del sistema, de forma y disposición similar. En el norte y centro se hallan micro lagunas subcirculares, insertas en la matriz del estero, ofrecen variantes y presentan condiciones propias.
Los esteros de este sistema son particulares, con sus pares toponímicos de la región Chaqueña. La principal diferencia es el camino sucesional de un estero chaqueño va en dirección de una comunidad terrestre con compensación en zonas aledañas que sufren un proceso de esterificación. Los correntinos, en cambio son estables, con un lento avance centrípeto sobre las lagunas.
Las lomadas se hacen más frecuentes e importantes hacia el oeste y constituyen luego la separación entre los distintos sistemas de esteros como Batel, Santa Lucía, Riachuelo y otros. La productividad de estas lagunas suele ser también muy alta.
Por qué conservar el Iberá: en un reciente documento se insiste sobre la valorización de los humedales en virtud de sus funciones, productos y atributos. El sistema del Iberá, cumple varias de las primeras, regula el ciclo de aguas, retiene sedimentos y nutrientes, produce y exporta biomasa y es potencial fuente de los segundos, recursos silvestres, forrajeros, agua, tiene como atributos una alta diversidad biológica y apreciable peculiaridad cultural.
Según Humedales para las Américas, Iberá es un ambiente de singular importancia y características únicas que merecen conservarse.
La conservación de un ambiente natural implica costos para los sectores involucrados: el costo de la conservación está en quién cede las tierras, reorienta la marcha de algún proceso productivo, en la restauración, control ulterior, manejo, etc. Si no existieran, no será tan difícil concretar las figuras de conservación existentes.
Para entender este aspecto, hay una comparación con el Gran Pantanal Brasileño. Este hoy amenazado, y su conservación depende de su aún más grande cuenca, los nueve ríos que lo alimentan arrastran todo hacia él, agroquímicos, desechos urbanos e industriales. En cambio, Iberá recibe el agua del cielo. Es un sistema poco influido por lo que pasa afuera. Su capacidad de mantenerse estable por sí mismo es mucho mayor. Podemos decir que el Iberá se conserva solo. Su costo es relativamente bajo.
En sectores como la laguna Iberá, donde desde 1983 las autoridades de la Reserva Provincial Iberá apostaron al control del furtivismo. Seis años después de suspendida la caza, el resultado era asombroso. Por lo menos los animales más notables estaban allí de nuevo.
El peor error sea pensar que Iberá deba permanecer intocado, pues manejado en términos sustentables: ecoturismo, extracción consciente de recursos faunísticos, agua, etc.; puede sin dudas significar una magnífica fuente de ingresos para la zona.
  ISSN: 03263681

  1. ESTEROS DEL IBERA; 2. PECES DE AGUA DULCE; 3. HUMEDALES; 4. FLORA; 5. FAUNA; 6. BIODIVERSIDAD; 7. RESERVA NATURAL; 8. CONSERVACION; 9. CORRIENTES; 10. PANTANO; 11. LAGUNAS; 12. FRESHWATER FISH; 13. INLAND WATERS; 14. ARGENTINA

  (61) Inv.: 01-003018 S.T.: 33a [35] PAR ej.1
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Parera, Aníbal F.
La alfombra mágica Iberá / Aníbal Parera
En: Vida Silvestre / Fundación Vida Silvestre Argentina. -- no. 35 (1993). -- Buenos Aires : Fundación Vida Silvestre Argentina, 1993

Una gran diversidad: frecuentemente se habla de Iberá como un inmenso mar de hierbas. Pero la definición encierra una injusticia: la idea implícita de homogeneidad. En realidad, la complejidad biológica de esta tiene su primera expresión en la heterogeneidad de ambientes y microambientes ya que el 20% del sistema son lagunas de superficies limpias, el 90% están constituidas por embalsados. Estos últimos son suelos, producto de la acumulación de materia orgánica debido a permanente saturación.
La laguna Iberá, al sudoeste presente los embalsados más firmes, allí se restringe el centenar de ciervos de los pantanos. El lado este, es zona de frecuentes desprendimientos; allí se encuentran yacarés. En el único bosque de embalsado de la laguna, que vive una población de zorro de monte, relación con una colonia de nidificación de aves acuáticas.
En los manchones puros de pehuajó existe una acusada abundancia de federales. Heterogeneidades sutiles como ésta, contrastan con otras más dramáticas: en el norte de la laguna extensas y frondosas praderas subacuáticas. Muchos peces encuentran allí su paraíso. Cada tipo de pradera tiene una fauna particular de artrópodos asociada. En este microambiente las condiciones químicas del agua cambian notablemente a lo largo del día, debido a las actividades metabólicas de las plantas.
Esteros y lomadas: la laguna Iberá presenta regularidad y correspondencia en lagunas de la banda oriental del sistema, de forma y disposición similar. En el norte y centro se hallan micro lagunas subcirculares, insertas en la matriz del estero, ofrecen variantes y presentan condiciones propias.
Los esteros de este sistema son particulares, con sus pares toponímicos de la región Chaqueña. La principal diferencia es el camino sucesional de un estero chaqueño va en dirección de una comunidad terrestre con compensación en zonas aledañas que sufren un proceso de esterificación. Los correntinos, en cambio son estables, con un lento avance centrípeto sobre las lagunas.
Las lomadas se hacen más frecuentes e importantes hacia el oeste y constituyen luego la separación entre los distintos sistemas de esteros como Batel, Santa Lucía, Riachuelo y otros. La productividad de estas lagunas suele ser también muy alta.
Por qué conservar el Iberá: en un reciente documento se insiste sobre la valorización de los humedales en virtud de sus funciones, productos y atributos. El sistema del Iberá, cumple varias de las primeras, regula el ciclo de aguas, retiene sedimentos y nutrientes, produce y exporta biomasa y es potencial fuente de los segundos, recursos silvestres, forrajeros, agua, tiene como atributos una alta diversidad biológica y apreciable peculiaridad cultural.
Según Humedales para las Américas, Iberá es un ambiente de singular importancia y características únicas que merecen conservarse.
La conservación de un ambiente natural implica costos para los sectores involucrados: el costo de la conservación está en quién cede las tierras, reorienta la marcha de algún proceso productivo, en la restauración, control ulterior, manejo, etc. Si no existieran, no será tan difícil concretar las figuras de conservación existentes.
Para entender este aspecto, hay una comparación con el Gran Pantanal Brasileño. Este hoy amenazado, y su conservación depende de su aún más grande cuenca, los nueve ríos que lo alimentan arrastran todo hacia él, agroquímicos, desechos urbanos e industriales. En cambio, Iberá recibe el agua del cielo. Es un sistema poco influido por lo que pasa afuera. Su capacidad de mantenerse estable por sí mismo es mucho mayor. Podemos decir que el Iberá se conserva solo. Su costo es relativamente bajo.
En sectores como la laguna Iberá, donde desde 1983 las autoridades de la Reserva Provincial Iberá apostaron al control del furtivismo. Seis años después de suspendida la caza, el resultado era asombroso. Por lo menos los animales más notables estaban allí de nuevo.
El peor error sea pensar que Iberá deba permanecer intocado, pues manejado en términos sustentables: ecoturismo, extracción consciente de recursos faunísticos, agua, etc.; puede sin dudas significar una magnífica fuente de ingresos para la zona.
ISSN: 03263681

1. ESTEROS DEL IBERA; 2. PECES DE AGUA DULCE; 3. HUMEDALES; 4. FLORA; 5. FAUNA; 6. BIODIVERSIDAD; 7. RESERVA NATURAL; 8. CONSERVACION; 9. CORRIENTES; 10. PANTANO; 11. LAGUNAS; 12. FRESHWATER FISH; 13. INLAND WATERS; 14. ARGENTINA

(61) Inv.: 01-003018 S.T.: 33a [35] PAR ej.1
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